La ciencia al servicio de la seguridad

RASTROS QUE DEJAN HUELLA

14/09/18

La crónica policial se ocupó ampliamente del doble homicidio de Lidia Alicia Corbo, de 69 años y Antonio García, de 70 años.
Los cuerpos de la pareja fueron hallados el 15 de abril de 2017 en su humilde casa de calle Fitte al 1800 del Barrio Las Dos Marías de Mar del Plata. Fue el hijo de Alicia el que encontró los cadáveres en el interior de la casa y quien dio aviso a la Policía.
La policía local descubrió la casa revuelta, faltantes, una hornalla encendida y al perro del matrimonio – un mastín napolitano – sedado.
El caso no sólo fue esclarecido y su responsable condenado a cadena perpetua sino que se convirtió en una muestra de excelencia a la hora de desarrollar una investigación científica.
Los primeros en llegar al lugar de los hechos fueron los efectivos de la comisaría Décimosexta de Mar del Plata quienes, de inmediato, perimetraron la vivienda y sólo permitieron el acceso del Fiscal interviniente y de los peritos de la Policía Científica local.
Como ya se consignó, un dato que llamó la atención de los investigadores fue el estado de “atontamiento” en el que fue hallada la mascota de la pareja. A esta información se sumó, también, el hecho de que la puerta no hubiera sido forzada y la llave se encontraba puesta desde el lado de adentro.
El cadáver de Antonio García se encontraba cerca del ingreso de la casa y su deceso se había producido por degollamiento: presentaba un casi total cercenamiento del cuello con, según se estableció después, un cuchillo de doble filo. El cuerpo de Alicia Corbo, en cambio, presentaba unas 40 puñaladas concentradas, casi en su totalidad, en la zona de la nuca.
La inspección de la casa y el levantamiento de evidencias físicas produjeron dos descubrimientos de relevancia. En primer lugar, los peritos encontraron dos salpicaduras de sangre de un goteo estático (gotas redondeadas con microgotas satélites): una en el dormitorio principal y la otra junto a un ambiente cercano al baño. Esto llamó la atención de los pesquisas; las gotas no se ubicaban en lugares por los que la pareja podría haber caminado luego de ser herida y un sangrado tan acotado no coincidía con la magnitud de las lesiones sufridas por las víctimas. Por otra parte, las gotas se encontraban en lugares estratégicos, muy cerca de muebles en los que podrían guardarse valores.
“En este punto debe destacarse que no sólo los indicios que se encuentran presentes en la escena son valorados, sino que también son valorados en similar grado de importancia aquellos que no se manifiestan. En este caso puntual no se verificaron signos de ingresos forzados a la vivienda (ausencia de puertas y/o ventanas vulneradas) lo que sugiere al investigador la posibilidad (luego corroborada durante la pesquisa) de que el o los autores fuesen habitués o conocidos por los moradores. En cuanto a aquellas que sí se hallaron en los sitios y fueron determinantes para establecer la mecánica criminal por un lado y para vincular al imputado por el otro, las manifestaciones de mapas de sangre de las víctimas en cuanto a tipo, cantidad y ubicación nos dieron la pauta del sitio donde fueron vulneradas. Ello conjugado con la interpretación de la lesionología que ostentaban nos sugirieron aspectos de relevancia como la actitud de defenderse del ataque que tuvieron o la sobrevida de las mismas hasta su fallecimiento. Las huellas dactilares reveladas y levantadas de la camioneta incendiada de las víctimas fue crucial para identificar al encubridor de este episodio, mientras que la sangre hallada en forma aislada dentro de la vivienda y la interpretación del mecanismo que produce esa manifestación morfológica –dentro de ese contexto- nos sugirió inmediatamente la especial posibilidad de que no sea sangre producto de las heridas infligidas a las víctimas, sino propia de un victimario lesionado en el ataque” asegura el Comisario Inspector Hernán Gacio, Jefe de la Delegación Departamental de Policía Científica Mar del Plata.
Mientras los científicos desarrollaban su valiosísima tarea dentro del lugar, otros policías entrevistaban a familiares y vecinos. De esta manera se pudo establecer que dos jóvenes eran asiduos concurrentes a la vivienda. Uno de ellos era un sujeto conocido como “Beto” a quien la pareja había dado alojamiento luego de que éste recuperara la libertad. El otro era un amigo del exconvicto conocido como “Chucky”.
Ambos hombres estaban en conocimiento de un hecho relevante: García había vendido su vehículo y el dinero iba a ser utilizado para la compra de una casilla rodante con la que la pareja vendería comida en ferias al estilo “food truck”.
La posterior autopsia determinó que el homicida era una persona entrenada en el uso de un arma blanca y permitió reconstruir la mecánica utilizada por el homicida. Según esto, el primero en ser atacado fue García porque estaba junto al ingreso de la casa y porque además Corbo presentó demasiada resistencia. De haber sido a la inversa la secuencia, el comienzo sorpresivo del ataque, el degüello habría sido perpetrado contra la mujer y el ataque más resistido contra él.
La señora Corbo había sufrido múltiples heridas de arma blanca en ambas manos, todas producidas por la misma arma de dos filos, lo que estableció que hubo lucha y defensa. Los cortes en la cara, en la parte posterior de la nuca y ambas manos fueron producidas con un elemento con punta y filo y las encontradas a nivel cráneo encefálico fueron producidas por ungolpe con objeto duro y romo en región fronto-temporal derecha y mecanismo de contragolpe en región temporal izquierda en el marco de una anestesia previa de Brouardel. Esta acción tiende a disminuir la voluntad de la víctima a partir de la merma de su capacidad física. Lo de García resultó en el degüello y una lesión en mano izquierda defensiva.
La superposición de la investigación científica con la de calle centró la atención de la Justicia en uno de los amigos de la pareja. “Chucky” trabajaba en un frigorífico y, luego del crimen, había desaparecido.
Cuando fue capturado, Brian “Chucky” Cano presentaba lesiones compatibles con el hecho y estas heridas podían ser la fuente del goteo descubierto en el interior de la casa. El estudio de ADN del Laboratorio de Genética Forense de la Policía Científica confirmó la evidencia. “Es seis trillones setecientos cincuenta mil millones de veces más probable que la sangre de las gotas sea de Cano que de una persona tomada al azar de la población de referencia” manifestaba el informe.
Días más tarde, la camioneta utilizada por “Chucky” para darse a la fuga apareció incendiada en cercanías del exhipódromo marplatense. A pesar del fuego, los peritos descubrieron un rastro papilar con valor identificatorio en el parante exterior del rodado. A través del sistema AFIS se identificó a quien dejó allí su impronta: un vecino de la zona que ayudó al doble homicida a deshacerse del rodado.
“Desde el trabajo pericial los métodos utilizados son variados: Existen protocolos de actuación emanados de la Superintendencia de Policía Científica que deben ser respetados y que organizan secuencialmente y lógicamente las tareas periciales de cada disciplina. No obstante ello el equipo pericial debe poner siempre su “cuota” de creatividad para ajustar esos protocolos de actuación al caso en particular y obtener los mejores resultados posibles. Fundamentalmente se utilizan métodos de relevamiento criminalístico que involucran la inspección de la escena, la fijación de la misma mediante las disciplinas gráficas de las Ciencias Criminalísticas, luego se procede a la colección de evidencia física y se realizan desde el inicio de las labores en el sitio inferencias que se sostienen durante todo el curso de la investigación en procura de dilucidar cuestiones inherentes a las hipótesis que construye el fiscal del caso” reafirma el Comisario Inspector Hernán Gacio.
“Siempre desde nuestro punto de vista técnico científico, tal vez las muestras cruciales para involucrar a ambos autores fueron las más pequeñas: el ADN existente dentro de una gota de sangre analizada de la escena del crimen fue prueba contundente para vincular al doble homicida, mientras que unos rastros papilares casi imperceptibles, revelados con sagacidad por parte del perito que supo aplicar reactivos propios de la técnica nos arrojó la también indiscutible identidad del encubridor del hecho. Tal fue el poder convictivo de ambos indicios dentro del contexto analizado que el tribunal oral criminal encargado de la decisión final entendió que ambos sujetos eran penalmente responsables de los delitos que se les endilgaban”, amplía.
“En el ámbito de trabajo de la Policía Científica el principal motor que impulsa a sus integrantes es la atracción irresistible de resolver casos criminales mediante el auxilio de las ciencias, las técnicas o las artes. Es por ello que si bien la experiencia va consolidando con solidez los conocimientos necesarios para su aplicación al caso particular, es muy cierto que los especialistas deben de procurarse una formación teórica de base que los ponga en condiciones de comenzar luego a adquirir las distintas experiencias de la aplicación de esos contenidos teóricos en el campo. Es por ello que componen las filas de la Superintendencia de Policía Científica funcionarios titulados en Ciencias Criminalísticas, en Medicina, en Bioquímica, en Ciencias Biológicas, en Genética, en Antropología, en Odontología… por citar a los más frecuentes, mientras que los cuerpos técnicos integrados por balísticos, papilóscopos, químicos, planimétricos, accidentólogos, mecánicos, enfermeros, tanatólogos, entre otros, se conjugan con los anteriores formando equipos de trabajo interdisciplinarios de alto rendimiento. No deben dejarse de lado disciplinas meramente artísticas como el Dibujo de Rostro, que con sus técnicas inalterables a pesar del paso de los años siguen ofreciendo resultados de utilidad para la investigación criminal”, asegura el funcionario.


El Comisario Inspector Hernán Gacio es Jefe de la Delegación Departamental de Policía Científica Mar del Plata.
Ha obtenido los títulos de Licenciado en Criminalística y Perito en Balística en el Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina, ha realizado la carrera de Perito en Documentología en la misma casa de estudios y se encuentra cursando el tercer año de la carrera de Abogacía en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad FASTA. 
Es profesor titular y adjunto de la Fundación Universidad de Morón, del Centro de Formación Policial Descentralizado de Chapadmalal en convenio con la Universidad Nacional de Mar del Plata, de la Universidad FASTA – Mar del Plata y del Centro de Altos Estudios y Especialidades Policiales sede descentralizada Mar del Plata.




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