Preparados para nuevos desafíos

22/09/17

El Comisario Mayor Gabriel Rivera está a cargo, desde hace 12 años, de la Dirección de Prevención Ecológica y Sustancias Peligrosas, organismo dependiente de la Superintendencia de Seguridad Siniestral.  Tiene 48 años y hace casi 30 que pertenece a la Policía de la provincia de Buenos Aires.

Aunque sus primeros pasos fueron en diferentes comisarías de la ciudad de La Plata, su carrera se orientó muy pronto hacia el área de la que hoy depende. Su primer destino, en ese aspecto, fue la Dirección de Bomberos de la capital bonaerense. En el año 2005 le ofrecieron hacerse de la  Dirección de Prevención Ecológica y Sustancias Peligrosas, puesto para el que se había capacitado.

Gabriel Rivera es Técnico Superior en Seguridad e Higiene y Control Ambiental, Licenciado en Seguridad e Higiene Laboral y Especialista en Ingeniería Ambiental. Su vocación por la profesionalización hizo que se desempeñara como capacitador y docente.

-  ¿Cómo fue su primera experiencia como capacitador?
-  Mi primera experiencia como capacitador fue en Bomberos, lugar en el que instruí al personal. Fue una experiencia que me gustó muchísimo. Hoy en día soy docente y lo disfruto porque es un proceso en el cual se ve cómo se mejora al hombre. Yo creo mucho en la capacitación pero no sólo en la capacitación teórica y práctica intelectual sino también en la espiritual. Trabajo sobre el espíritu de la gente para que sienta el trabajo, para generar buenos grupos humanos. Trabajo sobre el grupo humano para que se lleven bien, se respeten y se entiendan. Trabajo mucho sobre liderazgo, especialmente en la conducción de oficiales. Casualmente ahora estamos reentrenando al personal. Creemos mucho en los líderes que van a ejercer la conducción.  El factor humano es el más importante para mí. La capacitación es el aspecto más importante. Cuando me retire quiero haber brindado la mayor capacitación.

-  En el marco de esa capacitación, ¿usted y el personal  a cargo tuvieron experiencias en el extranjero?
-       Este año fuimos a la Universidad de Texas, una de las más importantes de Estados Unidos. Nos capacitamos en materia de sustancias peligrosas y residuos peligrosos. Era un curso para policías y bomberos de Hispanoamérica. En esta Universidad durante todo el año se desarrollan unos 250 cursos en inglés pero, una vez al año, en el mes de  julio, se brindan cursos en castellano. Los destinatarios son policías y bomberos de España, de Argentina, de Chile, de Perú, de toda Latinoamérica. Durante 2017 también nos fuimos a capacitar a Chile. Realizamos una capacitación sobre Bioseguridad, en el manejo de cadáveres con Ebola y en enfermedades Virus 4 que son las más peligrosas. Fue un curso organizado por los Bomberos Voluntarios de Chile con el auspicio del Ministerio de Ambiente de la Región Norte de ese país.  Dentro de esta región se encuentra la ciudad de  Antofagasta en donde se trabaja mucho en la emergencia de Minería pero, en este caso en particular, están preparándose en algo en lo que nos tenemos que capacitar todos, que es la amenaza biológica. Estamos hablando de Chikungunya, Zika, enfermedades que se convirtieron en más virulentas, que han reaparecido, enfermedades endémicas. Tenemos que pensar en qué pasaría si en un barco o en una aeronave llega una persona afectada de Ebola que es un virus mortal al que hay que tratar de una manera muy cuidadosa en especial para que no se infecte la persona que lo manipula y no producir una epidemia o una pandemia. El gran desafío de las fuerzas de seguridad que trabajan sobre sustancias peligrosas es la prevención biológica.

-  ¿Tienen previstas nuevas capacitaciones?
-  Sí, para el año que viene estamos programando otra capacitación en Estados Unidos porque cada capacitación realizada se multiplica acá. La persona capacitada tiene la obligación de compartirlo con sus camaradas. Todos tenemos la obligación de volcar en la Institución lo que la Institución nos da. Los miembros de esta Dirección tienen el impulso natural de capacitarse; todos proponen cursos para la capacitación.  Y este impulso se ve reforzado por el estímulo que brinda la Institución.

-  ¿Cómo está Argentina en relación a otros países latinos en cuanto a la seguridad ecológica?
-  Mucha gente habla de ecología. Hablar es una cosa y trabajar en ecología es otra. Podemos hablar desde el punto de vista operativo que es el aspecto más sencillo; es el enfoque de un bombero que acude al siniestro, apaga el fuego y contiene la sustancia peligrosa. El problema es todo lo que se suscita después: la contaminación que se puede generar y el control industrial; eso es una materia muy difícil. Estamos hablando de que quien trabaja en Policía Ecológica tiene que tener conocimientos operativos de sustancias peligrosas y tóxicas pero también el conocimiento judicial de cómo enmarcarlo para la Justicia y, además, tiene que tener la capacidad técnica para prevenir e investigarlo; tiene que tener conocimientos en física, en química. Entonces, no es sencillo. En todo el mundo hay una falencia respecto de la persona que trabaja en campo. Hay mucha gente que se especializa en laboratorio o que son grandes conferencistas respecto al derecho ambiental pero hay poca gente que se especializa en campo. Trabajar sobre campo, tomar adecuadamente las muestras, saber articularlas para probar la contaminación no es fácil; hay que tener un protocolo para tomar la muestra, un protocolo para conservarla, un protocolo para abrirla y un protocolo para analizarla. Nosotros ya tenemos ese ejercicio. En el mundo en general hay gente que se capacita para eso pero las policías no están especialmente capacitadas como nosotros, se lo dejan a otros organismos. En nuestro caso creo que estamos más avanzados en ese aspecto. En Argentina tenemos un concepto que no lo he visto en todo el mundo y es el concepto de Seguridad Siniestral. Hay dos seguridades: la Delictual que es la del día a día, la del robo o el secuestro y la Siniestral que implica incendios, explosiones, contaminación.  En Chile pude hablar con la Ministra de Ambiente y me dijo que estaba sorprendida de esta policía que habíamos creado y cómo trabaja articulada.

-  ¿Cómo funciona esa articulación?
-  Cada vez que se registran incendios o explosiones, el trabajo es mancomunado porque la Superintendencia de Seguridad Siniestral envía personal de Explosivos, Bomberos y Ecológica. Trabajamos en conjunto porque hay muy buena articulación en la provincia de Buenos Aires. Y esa articulación se está logrando, también, con Defensa Civil. Defensa Civil es importantísima en la emergencia, es la protección civil y, si esta fuerza no está bien coordinada con el policía o el bombero, no va a poder hacer la prevención de la emergencia. De hecho, si hay una evacuación recomendada por nosotros, el encargado de realizarla es Defensa Civil cuyo jefe representa al Intendente.

-  ¿Existe un correlato de este trabajo en la Justicia?
- La mayoría de estos procedimientos son administrativos en acompañamiento de las autoridades de aplicación. De hecho, el Poder Judicial mismo recomienda ser el último recurso y ordena que intervenga la autoridad administrativa y determine si existe contaminación. Cuando interviene el Poder Judicial, más allá de la sentencia condenatoria,  la Justicia determina si se contamina o no y tiende a llegar a un arreglo con el imputado para que, en primer lugar, cese esa contaminación y, en segundo lugar, recomponga lo que contaminó. Y ese interés del Poder Judicial es efectivo porque más allá de la sentencia condenatoria que se puede lograr después de un proceso que puede durar tres, cuatro o cinco años, lo que se quiere lograr es cesar la contaminación y hacer que quien genera un daño ambiental lo recomponga.

-  ¿Cómo definiría el trabajo de esta Dirección?
-  Es una función muy silenciosa, específica y muy técnica. Son procedimientos poco vistosos, más de laboratorio que lo que uno definiría como policial. Cumplimos con una función importantísima como auxiliar de la Justicia en casos de contaminación. Es una labor muy silenciosa de la que no hay una percepción en general de lo que hacemos, inclusive hay que explicarlo mucho. A la vez, tenemos tanta tranquilidad para trabajar que,  además de ser una Dirección, es una escuela; aprendemos todo el tiempo. De las intervenciones que realizamos las más vistosas son accidentes con transportes de sustancias peligrosas, como por ejemplo un camión de transporte de gas licuado de petróleo. Ahí  establecemos las medidas de seguridad necesarias a los efectos de trasvasar ese camión. Otros casos son incendios de industrias que manejan sustancias peligrosas para establecer el marco de prevención y colaborar con los bomberos. A veces no trabajamos operativamente en algún siniestro pero sí estamos al lado del trabajo operativo para la prevención.  La mayor cantidad de intervenciones son en apoyo a las autoridades de aplicación y al Poder Judicial. En los últimos cinco años se ha dado un fenómeno muy especial: las empresas de transporte han detectado que es tan caro y complicado el tema de la contaminación cuando se produce un accidente que están contratando seguros que, a su vez, contratan empresas que se dedican a trabajar sobre las sustancias peligrosas. Entonces, cuando nosotros acudimos a un vuelco durante el que se derramó metanol, nos encontramos con una empresa trabajando. Pero nosotros debemos estar presentes y certificar las medidas de seguridad que se siguen.  Estos ejemplos son de la faz operativa. La mayor parte de nuestro trabajo se realiza en la faz preventiva  e investigativa.

-  ¿Hay un  trabajo, también, con respecto a la fauna?
-  Sí, estamos aumentando el trabajo en fauna; sobre prevención de depredación de fauna. Este trabajo se realiza especialmente en San Fernando y Tigre, en la protección del venado de las pampas,  la butarda, en la prevención de la pesca en las lagunas. Trabajamos mucho con el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS)  y otras áreas de Nación. En el último operativo que hicimos trabajamos sobre una camioneta que, según nos habían informado, circulaba con leña pero, debajo de esa leña,  llevaba animales muertos. Y era real. Había venados de los pantanos, pescados y otros animales a los que carneaban. Era animales destinados, fundamentalmente, a la venta. Junto a esto se secuestraron también muchas armas: rifles, fusiles, pistolas calibre 9 milímetros. A veces los cazadores furtivos son muy peligrosos y hay que trabajar de una manera muy específica.

-  ¿Cómo se trabajan los casos de contaminación por agroquímicos?
-  Hay muchos inconvenientes con la aplicación de agroquímicos porque no hay una legislación específica y clara. Hay municipios en los que se establece una restricción exagerada que produce una lucha entre el productor y las autoridades. Trabajamos preventivamente en toda la provincia. Cada vez que se denuncia una aplicación, nuestro personal identifica a quien la realiza, establece si tiene la receta agronómica adecuada e informa a la autoridad de control que es el Ministerio de Agroindustria. Se trabaja sobre la pulverización y la fumigación. En el caso de las fumigaciones, estamos haciendo un control del trabajo de los camioneros que, en algunos casos, arrojan pastillas de fosfuro de aluminio en la carga y, después, duermen en la cabina del camión. Esas pastillas emiten un gas tóxico y peligroso que puede terminar en la muerte del camionero. Hace dos años, en San Fernando, el propietario de una fábrica de habanos aplicó fosfuro de aluminio y selló la fábrica; de esta manera generó gases de fosfina que causaron la muerte del vecino que vivía arriba. Hay que tener mucha responsabilidad en el uso de agroquímicos. A veces se utilizan de manera inadecuada, también, los agroquímicos de uso doméstico como los que se venden para matar babosas u hormigas. En la provincia de Buenos Aires las aplicaciones aéreas de agroquímicos están restringidas a dos kilómetros de cualquier centro urbano. A menos de dos mil metros está prohibido aplicar agroquímicos desde aeronaves.

-  ¿Qué tipo de toxicidades generan?
-  Los agroquímicos tienen dos grados de toxicidad: aguda y crónica. La toxicidad aguda está dada por sustancias que, al contacto, producen un efecto inmediato. Ese grado de toxicidad se mide por lo que se llama DL50, o sea la Dosis Letal. Cuanto más bajo es el DL50 de una sustancia, más tóxica es. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció categorías de toxicidad de los productos de acuerdo a ese índice. Se clasifican por bandas que van desde la banda verde que es prácticamente no tóxico a una banda morada que es el más tóxico. La toxicidad crónica es la que se produce con el tiempo. Genera una enfermedad como cáncer de tiroides, de pulmón, de huesos. Lo que se tiene en cuenta en una emergencia es la toxicidad aguda del producto.

-  ¿Qué elementos de protección se utilizan al trabajar con estos tóxicos?
-  Los elementos más importantes para trabajar con sustancias peligrosas son los de protección cutánea como botas, guantes y trajes. Los trajes se diferencian en Clase A, Clase B y Clase C. Los Clase A son los encapsulados en los que el hombre está totalmente aislado de la atmósfera y se usan para sustancias mortales. El traje B es impermeable; protege de salpicaduras pero no aísla totalmente. En estas protecciones  lo más importante es el equipo autónomo de respiración que protege de la intoxicación aguda. En cuanto a maquinarias, en general no existen grandes tecnologías que se utilicen en estos trabajos. Lo más destacable de este trabajo  es la práctica por lo que hacemos todos los años capacitaciones y actualizaciones. La tecnología está puesta en los equipos de respiración. Gracias al cuidado que le ponemos a esto, no tenemos personal que haya sufrido intoxicaciones graves.

-  ¿Cuál fue el procedimiento del que se siente orgulloso?
-  Son muchos. El que más tiempo de trabajo nos tomó duró tres meses. Retiramos 600 mil kilos de residuos peligrosos  de una empresa que había sido abandonada. En el interior dejaron las sustancias peligrosas que se denominan, en estos casos, pasivo ambiental. Son un riesgo para el suelo, el agua, el aire y las personas. En este caso encontramos tóxicos, reactivos, explosivos, inflamables. Fue un trabajo lento y realizado con mucho cuidado. No tuvimos ni un solo accidente en los tres meses.




Crédito de fotos: Comunicación Institucional Policía de la provincia de Buenos Aires​​.

Entrevista, Rivera, Prevención Ecológica, Sustancias Peligrosas, Seguridad Siniestral