Extintor ecológico HFC 236 FA
05/02/18
Los clorofluorocarbonos (CFC), bromofluorocarbonos y bromoclorofluorocarburos (halones) que se desarrollaron en la década de 1930, tienen propiedades únicas. Son de baja toxicidad, no inflamables, no corrosivos y compatibles con otros materiales. Poseen propiedades termodinámicas y físicas que los hacen ideales para una variedad de usos. Estos compuestos se han utilizado como refrigerantes, como agentes de soplado en la fabricación de espumas para aislamiento, envasado y amortiguación, como agentes limpiadores para componentes metálicos y electrónicos y en muchas otras aplicaciones industriales.
Dos usos adicionales de alto valor de los compuestos halón son como agente extintor de incendios y supresores de explosiones. Desde el punto de vista de la extinción de incendios los halones se utilizan tanto en extintores portátiles como en sistemas fijos de extinción de incendios, por inundación y de aplicación local.
Diversas investigaciones determinaron efectivamente que estos compuestos, por su contenido de bromo y cloro, tienen efectos dañinos sobre el medio ambiente, vinculándolos al deterioro de la capa de ozono. En la celebración del convenio mundial conocido como el Protocolo de Montreal en 1987, patrocinado por la Organización de Naciones Unidas, se decidió restringir la producción y el uso del gas halón hasta su total eliminación; asimismo, se fomentó la creación de alternativas ecológicas efectivas para sustituirlo y que fueran compatibles con la protección del medio ambiente y la capa de ozono.
Para la creación de estos nuevos gases extinguidores, como sustitutos de halones y la optimización de los ya existentes, se desarrollaron programas en los que se estudió prioritariamente su poder de extinción, su efecto sobre las personas, los objetos y el medio ambiente.
El programa presentado por la SNAP (Significant New Alternatives Policy), desarrollado por la Agencia de Estado Americana para la Protección Ambiental (EPA), fue uno de los más destacados. El organismo centró sus investigaciones en los aspectos concernientes a la eficacia extintora, toxicidad, propiedades químico-físicas y, fundamentalmente, a la vida atmosférica y al potencial incremento del efecto invernadero.
De esta forma el agente extinguidor hexafluoropropano (HFC-236-fa) fue reconocido y aceptado como uno de los sustitutos del gas halón 1211 para extintores portátiles y sistemas de aplicación directa sobre el riesgo o por inundación del local y como agente de supresión de explosiones. Como no contiene cloro ni bromo, tiene un potencial de agotamiento del ozono (ODP) de cero, reconociéndose como un agente limpio, eficiente para extinguir incendios y, al mismo tiempo, amistoso con el medio ambiente.
Dentro de los extintores portátiles (bajo presión) se mantiene en estado líquido. Cuando el extintor portátil es activado, el agente extintor se descarga pasando rápidamente al estado gaseoso, vaporizándose rápidamente sobre el principio de incendio. El mecanismo de extinción funciona a través de una reacción química que interfiere en el proceso de combustión. Actúa eliminando los elementos químicos activos que intervienen en las reacciones en cadena de las llamas (inhibición). Luego de su empleo, no deja ningún tipo de residuo corrosivo o abrasivo y no es conductor de la electricidad. Su toxicidad es baja por lo que está aceptado para su uso en locales con ocupación de personas.
Este agente extintor no puede ser utilizado sobre incendios que se desarrollen sobre los productos que a continuación se detallan, a menos que hayan sido debidamente ensayados y su resultado sea avalado por autoridad competente.
· Sustancias químicas que puedan experimentar una descomposición térmica como la hidracina y algunos peróxidos orgánicos.
· Sustancias químicas o mezclas de éstas, como nitrato de celulosa y pólvora que son capaces de sufrir una oxidación rápida en ausencia de aire.
· Metales reactivos como el litio, sodio, potasio, magnesio, titanio, zirconio, uranio y plutonio.
· Hidruros metálicos.
En resumen:
• Es un agente extintor limpio.
• No conduce la electricidad.
• Su toxicidad es extremadamente baja por lo que está aprobado para su uso en locales con ocupación de personas.
• No produce daños por choque térmico sobre equipos electrónicos sensibles.
• Su potencial de agotamiento de la capa de ozono es de cero.
• Es el único gas halogenado para uso en extinción de incendios que no tiene prevista su eliminación en el protocolo de Montreal.
• Excelente potencial extintor.
• Apto para extinguir fuegos de clase A, B y C.
Crédito Fotos: Ceremonial Policía de la provincia de Buenos Aires.
Capitán Marcelo Acosta, Dirección de Bomberos, Extintor