Todos los años, diciembre, nos encuentra celebrando el Día de la Policía, participando en la "Vuce", del egreso de los jóvenes de nuestro Liceo o de los Cadetes de la Escuela. Paralelamente, no nos alcanzan los días del mes, para la sucesión de encuentros con amigos, compras de regalos, cenas de despedida del año, organización de las vacaciones, reuniones familiares para celebrar las fiestas. Este año que está terminando, es un año, en el que a pesar de todos los desafíos y dificultades que podamos haber enfrentado, debemos dar gracias a Dios, no sólo por el triunfo en el mundial de fútbol que nos trajo a todos una inmensa alegría, sino también, y fundamentalmente por el don de la vida, y por ir saliendo poco a poco de las pérdidas y de la vulnerabilidad que nos dejó la pandemia que sufrimos en el 2020 y en el 2021, y que aún no ha terminado del todo.

La progresiva vuelta a la normalidad nos ofrece la oportunidad de volver a recuperar el sentido de la fiesta y del encuentro. La Navidad es la fiesta que más valor espiritual y emocional tiene para todas las naciones de raíces cristianas; la fiesta del encuentro familiar. Tanto creyentes como no creyentes, más o menos practicantes de su fe, celebran de alguna manera, en su iglesia, o con sus seres queridos, el nacimiento del Niño Jesús. Volver la mirada hacia ese Bebé-Rey-Salvador que descansa en el Pesebre envuelto en pañales, hace brotar en nuestro corazón un sentimiento de inmensa ternura, que a su vez, suscita esperanza, alegría y paz: tres cosas de las cuales los argentinos, estamos enormemente necesitados, y que debemos aprovechar la Navidad, para pedírselas con un rezo sencillo al Niño Dios.

Haciendo propia las intenciones de todos los sacerdotes que prestan servicio en nuestra Fuerza, como Capellán General, quiero elevar en esta Navidad una alabanza al Altísimo, y encomendar a todos y cada uno de los hombres y mujeres de nuestra Policía;a esos hombres y mujeres, profesionales, abnegados, creativos, sacrificados, solidarios, responsables, que a lo largo y a lo ancho de nuestra Provincia de Buenos Aires, nos cuidan y defienden, arriesgando muchas veces sus vidas, para cuidar las de todos. ¡Que el Niño de Belén los proteja con amor, escuche sus ruegos, bendiga a sus familias y seres queridos, los afiance en su misión, y recompense abundantemente el servicio generoso que prestan a los bonaerenses cada día!

¡Feliz Navidad y Buen Año 2023!