Para todas las familias, el nacimiento de un hijo es generalmente un motivo de esperanza y de alegría. Muchas abuelas, aún hoy, dicen que los bebés "vienen con un pan abajo del brazo", para significar la enorme bendición y buena ventura que profetiza una nueva vida en el seno de un hogar. El Nacimiento de Jesús, que ocurrió hace más de dos milenios y que todos los años revivimos y recordamos en la Navidad, ha sido, es y será un acontecimiento significativo para todos los hombres de buena voluntad que crean que Él es el Hijo de Dios, que se hizo hombre y vino a este mundo para dar su vida por nosotros y por nuestra Salvación.

La Navidad es para todos los cristianos la oportunidad de celebrar en familia la vida, reconociendo todo lo que Dios ha hecho y hace por nosotros; es un tiempo de contemplar la escena del Pesebre y ser solidarios haciendo alguna obra buena en favor de alguien que necesita (escuchar a un compañero que tiene un problema, visitar a algún enfermo o anciano que está solo, ayudar a alguien que está pasando necesidades materiales, orar por quien necesita de nuestros rezos); es un tiempo que renueva nuestra esperanza, que nos trae la alegría de la Salvación y que nos hace experimentar la paz que vine de Dios.

La Navidad es, también para la gran familia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, una ocasión especial; una oportunidad de saludarnos, de desearnos lo mejor, de compartir con los demás, de dar gracias a Dios por todos los logros personales e institucionales que hemos alcanzado en el año que va terminando y la fecha justa para tener presente en la oración a los ocho policías que en este 2018 han entregado su vida cumpliendo con el deber. En estas fiestas, en sus hogares, habrá un lugar vacío alrededor de la mesa; pidamos al Niño Dios que sus almas descansen en paz y que sus familias encuentren el consuelo y la serenidad de la fe.

En esta Navidad quiero poner, junto a Jesús en el Pesebre, a todos los hombres y mujeres de esta familia policial que en cada rincón de la Provincia, en ciudades y pueblos, con distintas responsabilidades y funciones, con cada vez más profesionalismo y capacitación y con un gran espíritu de sacrificio y servicio, cuidan a los bonaerenses con enorme cariño y dedicación y luchan todos los días sin descanso contra el delito y todos sus mezquindades y males, aún poniendo en riesgo su integridad y su vida. Que el Niño Santo de Belén escuche sus súplicas, los proteja con Divino Poder y los Bendiga.

¡Feliz Navidad y Buen Año para todos!

Pbro. Hernán Andrés Remundini

Capellán General Policía de la Provincia de Buenos Aires