La Semana Santa, que todos los años celebramos, nos ofrece la oportunidad de entrar en la "lógica" de la Redención. Cada uno de los días que van desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Pascua, recorremos desde la oración y revivimos, en los ritos de la Iglesia, el mismo camino de Jesús, nuestro dulce Salvador: su entrada gloriosa a Jerusalén, su Última Cena, su oración en el Huerto de los Olivos, su detención, su proceso, su condena, sus padecimientos, su muerte en la Cruz, y su Gloriosa Resurrección. Con estos actos redentores, el Mesías esperado por el pueblo de Israel, perdonó todos nuestros pecados, nos reconcilió a todos con Dios, nos hizo santos a todos, nos dio una nueva vida, y nos abrió las puertas del Reino de Dios.

En este tiempo, somos especialmente invitados a recorrer el mismo camino de Jesús de Nazaret. En ese itinerario revivido en las oraciones, los oficios religiosos, y actos de devoción, se actualiza: el sacrificio de su vida en el altar de la Cruz, que nos hace experimentar la ternura con la cual sus brazos extendidos en el Madero nos abarcan; pero también, su vuelta a la vida en la Resurrección, y la misericordia con la cual su mano, toma la nuestra para sacarnos de "distintas formas de muerte": pecados, debilidades, enfermedades, adicciones, problemas, tristezas, miedos, pérdidas, preocupaciones, desánimo, etc.; y para devolvernos la esperanza, haciéndonos pasar a la vida, y a la luz de su presencia.

Como todos los años, quiero hacer llegar a todos y a cada uno de los que forman parte de nuestra querida Policía, en todos sus estamentos, escalafones y responsabilidades, desde las autoridades ministeriales y policiales, hasta el último de los efectivos que ha ingresado a nuestra Fuerza, una afectuosa bendición. Los abrazo, pidiéndole al Señor Resucitado que les permita vivir una hermosa Semana Santa, y recompense el amor y la abnegación con la que cada día lo dan y lo dejan todo en la función y en la vocación de servicio. Que descienda sobre ustedes, familiares y seres queridos, por intercesión de nuestra Madre Santísima de Luján, y de nuestro Santo Patrono San Miguel Arcángel, la bendición de Dios Todopoderoso; del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


¡Felices y Bendecidas Pascuas!

Pbro. Hernán Remundini
Capellán General
Policía de la provincia de Bs. As.