Comisario General Sergio Moreno

“No están solos, todos pensamos y sentimos lo mismo”

16/08/17



Al frente de la Superintendencia más joven de la Policía de la provincia de Buenos Aires, el Comisario General Sergio Osvaldo Moreno define a la vocación como una llama interna y destaca el espíritu de hermandad entre los camaradas.

Tiene 52 años, es casado y abuelo de una niña de un año. Desde la Superintendencia de Planeamiento y Operaciones Policiales supervisa la distribución de los recursos de la Fuerza para cumplir con cada uno de los servicios requeridos y apoyar la fundamental tarea de prevención.



¿Cómo fue su ingreso a las filas de la Policía?


Cuando terminé el secundario en el Colegio Industrial de 7 y 76 de La Plata, comencé a trabajar en un comercio mayorista administrando las ventas y unos primeros programas informáticos para la facturación. En el tiempo libre dibujaba proyectos edilicios para constructores reconocidos. Eran tiempos muy difíciles. Luego ingresé como Agente a la entonces Dirección General de Inteligencia. Poco tiempo después pude realizar la instrucción en la Escuela de Policía Juan Vucetich para recibirme, después, como Oficial Ayudante. Fui segundo promedio de mi Promoción, por lo que pude disfrutar de un viaje al sur de Argentina. En esa época, los primeros y segundos promedios de la Escuela Vucetich y del Liceo Policial recibían como premio la posibilidad de realizar un viaje y elegir el destino. Nos acompañó quien era el Director de la Escuela, el entonces Comisario Inspector Don José Eugenio Gris.



¿Qué recuerdos tiene de su paso por la Escuela Vucetich?


Fue una etapa maravillosa con profesores maravillosos y de hermandad. Recuerdo perfectamente el microclima de la Escuela. Quien haya pasado por allí sabe de qué hablo. Era tanto el frío que les pedía a mis compañeros de imaginaria que me despertaran a las dos de la madrugada para estudiar al lado de los termotanques. Era el lugar más cálido y estudiábamos a la luz de una linterna.



¿Cuál fue su destino al egresar de la Escuela Escuela de Policía Juan Vucetich?


Cuando salí de la escuela me incorporé directamente a la comisaría octava de La Plata donde trabajé como sumariante y en la oficina de Judiciales. Era una época en la que había una sana y constante competencia entre oficiales. No se competía por cantidad de detenidos sino por trabajar, salir a buscar al delincuente, a los acusados de delitos o a quienes tenían pedido de captura. Luego pasé a Investigaciones, lugar en el que estuve el 80 por ciento de mi carrera. Fui primer promedio del Curso XIII de Analistas de Inteligencia y todo lo que aprendí pude aplicarlo a la especialidad de Investigaciones. Grandes profesores me abrieron la cabeza, entre ellos el ya fallecido Comisario Mayor José Luis Costa, quien fue el alma mater de la doctrina de la Inteligencia Criminal Policial y quien dio el puntapié inicial del Excalibur, devenido y potenciado luego por otras maravillosas mentes policiales en los actuales sistemas VAIC. Mi vida siempre estuvo ligada a la técnica, a la tecnología. El trabajo de calle sin información es mucho más lento y engorroso. Debe existir un justo balance. El investigador depende del científico, el policía de calle depende de la técnica y el trabajo en conjunto lleva al ansiado objetivo final. Hace 11 años, cuando fui elegido para participar de un curso en la Academia del FBI en Quántico-Virginia, me di cuenta que, salvando las distancias tecnológicas del primer mundo, teníamos un capital humano incalculable en nuestros Policías con su inventiva y tenacidad.



Su paso como docente. ¿Cómo lo definiría?

Fue maravilloso ese paso por el C.A.E.E.P (Centro de Altos Estudios Policiales). Pude marcar a fuego ciertos conceptos a seis camadas de los Cursos de Analistas de Inteligencia, y las especialidades de Investigaciones y Narcotráfico que aún se aplican. Por función y la consiguiente falta de tiempo para ejercer la docencia, tuve que dejarla de lado.



¿Cuál es la función de esta Superintendencia?


Somos el apoyo al primer respondedor que es el policía de patrulla, valeroso individuo que juega minuto a minuto con el peligro de lo desconocido. El apoyo a las respetadísimas Áreas de Investigaciones durante los procedimientos que se realizan tras sus pesquisas. Somos una herramienta de apoyo muy necesaria para la policía. En la actualidad, cualquier operativo de saturación que se realiza necesita del apoyo de todos los Cuerpos Especiales (Infantería, Caballería, Halcón), incluso del REPAR que colabora con el secuestro de armas. Ante el desalojo de grandes lugares, es importantísima la planificación de trabajo, incluso la evaluación de la cantidad de efectivos que deben enviarse a cada lugar para evitar potenciales confrontaciones. Estamos tras la organización y la seguridad de cada evento cultural y deportivo; estamos en la seguridad de las entidades bancarias y de hospitales, en la custodia y traslado de detenidos y en el control satelital de los móviles a través del A.V.L. La construcción de conocimiento que genera el Mapa del Delito del Departamento de Planeamiento Predictivo, cuyos integrantes son formadores de otras Agencias Policiales. Todo requiere de nuestra planificación y esfuerzo. Y a esto, sumémosle la misión de administrar los recursos para que cada intervención sea exitosa.


¿Cuántas intervenciones realizan durante un mes?


En la provincia de Buenos Aires se desarrollan hasta 50 encuentros deportivos durante un fin de semana. La provincia centraliza el 63 por ciento de todo el futbol federado de Argentina. Y no sólo es el futbol. Hay rugby, automovilismo y básquet que son muy importantes en el interior provincial. Hay infinidad de espectáculos culturales y operativos de servicios del Estado como los denominados “Cerca de Noche” en los que los ministerios tramitan documentación y realizan prestaciones de salud en diferentes localidades y en los maravillosos AcercArte. Y la policía está todo el tiempo en todos esos lugares. Esto es un trabajo de 24 horas todos los días. Piense que las bandas y solistas más importantes del mundo han elegido a esta Provincia como sede para sus recitales en suelo argentino.

Durante la celebración del primer año de la Superintendencia de Planeamiento y Operaciones Policiales usted dio un sentido discurso que llegó a su personal. ¿Qué quiso transmitirles?

Quise decirles que no están solos, que todos sentimos y pensamos lo mismo; que, por nuestro trabajo, todos abandonamos el amor de familia, dejamos de lado nuestra salud, no tenemos tiempo para llevar a nuestros hijos al colegio o para ir a una reunión de padres como cualquier mortal.  Vivimos en una sociedad donde se reclaman más los derechos que las obligaciones, pero en el balance en la vida del policía pesan más las obligaciones que los derechos. Por eso es tan importante que el policía pueda encontrar el equilibrio. Perdemos el crecimiento de nuestros hijos, el tiempo con nuestra pareja, con toda nuestra familia y eso es algo que no vamos a recuperar. Quise manifestar mi agradecimiento y reconocimiento por la disciplina y profesionalismo con los que acuden a cada llamado a su deber. Porque no sólo intervenimos cuando la violencia gana las calles, sino que también llevamos nuestra presencia y mano solidaria a aquellos ciudadanos que sufren el castigo del cambio climático. Nuestros símbolos, banderas y escudos están en todas partes.



En ese mismo discurso, los Cuerpos formados gritaron a su orden y a viva voz “Gloria y Honor”. ¿Qué significó?


“Gloria y Honor” por nuestros Hidalgos Ángeles Caídos, “Honor y Gloria” por pertenecer a la Policía de la Provincia de Buenos Aires.



¿Cómo es el espíritu de los hombres y mujeres que pertenecen a los Cuerpos?


El alma de un efectivo de Cuerpos es un alma que no la puede replicar cualquiera. El personal de Cuerpos está días sin volver a su casa cuando se declara una emergencia. Y no hablo de una emergencia como una manifestación o un corte de ruta, sino por un desastre natural, una inundación. Nosotros fuimos los primeros en llegar a todas las últimas inundaciones, fuimos los primeros en ayudar a las fuerzas vivas en las primeras acciones. Ayudamos a distribuir insumos, agua. Les dimos nuestras fuerzas, nuestros brazos y nuestra organización. Organizamos el trabajo como para que las necesidades llegaran a quienes realmente lo necesitaban.



¿Cuáles son las características personales de quien quiere ingresar a los Cuerpos?


Debe tener valor, ideales, sentir que puede ser un distinto. El cuerpo va a la situación límite y resiste; su obligación es resistir, subir el escudo y resistir. Resistir y hacer cesar la acción violenta. Así con cada uno de los cuerpos, aunque con las particulares características de cada uno. El alma de un infante no es igual a la de un caballero montado; las almas de estos son distintas a la de un Halcón y todas estas son diferentes a la de un hombre de Custodia. Cuando hablo con ellos siempre les digo que el Infante se prepare para la próxima marcha, que el Caballero montado se prepare para la próxima carga, que el Halcón prepare sus garras para destruir la defensa más peligrosa, que el Custodio se prepare para la vigilia y quien planifica que despliegue su inteligencia porque el mañana está muy cerca. El fuego interior que tiene un policía de la provincia de Buenos Aires es muy particular. Es una llama que nos permite trabajar de una manera especial, sin medir riesgos propios, solo el interés de servir y proteger. Si bien la policía va de la mano con los cambios de la sociedad, esa llama no se ha apagado. El espíritu de cuerpo que tienen los efectivos nos mantiene en hermandad. Ese espíritu hace que, si una persona le dice “no” a las tentaciones, el resto también lo va a hacer. Un grupo vive y sufre en conjunto, no individualmente. El acto de uno de ellos es corregido por el resto y la herida de un par es curada por el grupo. Ese es el espíritu de hermandad, es una unión que no se encuentra en otros lados.



¿Cuáles son las metas que usted quiere alcanzar antes de su retiro?


Dejar todo, superar siempre lo pretérito, seguir demostrando que no somos improvisados, que somos una gran Institución, la madre de todas. Demostrar cómo trabajamos, que tenemos un margen de efectividad que pocos pueden igualar. Mostrar a los “héroes anónimos” que son los policías que cada día suben a un móvil, se colocan un chaleco y que trabajan constantemente, sin bajar los brazos ante la adversidad y los preconceptos. Mostrar que el Policía de la Provincia de Buenos Aires es el más leal.


¿Y después?

Voy a dedicarme a mis nietos, a mi maravillosa esposa y a viajar. Lo mejor de mí lo estoy entregando en los 32 años de carrera. Escucharé a los jóvenes, como hasta ahora lo hago, para no quedar atrás en el vertiginoso nuevo milenio, y finalmente, editaré el libro que me debo desde hace más de 10 años sobre Modus Operandi y Crimen Organizado.





Crédito de fotos: Comunicación Institucional Policía de la provincia de Buenos Aires​​.