EL AMOR QUE NECESITAMOS
15/04/19
Como todos los años, casi sin darnos cuenta por la vorágine de la sucesión de los días, estamos una vez más en Semana Santa. Los cristianos tenemos la oportunidad de vivirla en la fe, celebrando el Misterio de la Pascua de Jesús. En ese acontecimiento redentor, además de una intervención salvífica de Dios, hay un mensaje que puede iluminar a muchos: toda la existencia temporal de Cristo, desde que se hizo hombre en el seno de la Santísima Virgen María hasta su Pasión, Muerte y Resurrección, es fruto no sólo de la Providencia de Dios, sino también de su designio misericordioso.
La Misericordia es el amor lleno de compasión de Dios, por las miserias, los pecados, las debilidades y las carencias de todo tipo de los hombres; pero es un amor que no se queda en la lástima, sino que intenta socorrer, sacar del pozo, rescatar, auxiliar al hombre caído. En la Pascua se nos revela extraordinariamente el Misterio de ese tipo de Amor: Dios Padre, lleno de compasión por la humanidad, la rescata permitiendo que su propio Hijo asuma como propias todas las miserias de los hombres (también las nuestras) y ofrezca su vida como sacrificio de expiación para salvarnos.
En la Pascua de Jesús, Dios nos enseña a todos los hombres, creamos o no en Él, en qué consiste el amor verdadero. Un amor que es compasión, que es cercanía, que es sacrificio, que es entrega, que es desinterés, que es gratuidad, que es un verdadero rescate, que es solidaridad, que es acción. ¡Cuánto necesita la sociedad en la que vivimos de un amor así! ¡Cuánto amor tenemos que ponerle cada día a todo lo que hacemos, para ser felices y construir un mundo mejor! ¡Cuánto más necesitamos que la vivencia de un amor así, de un sentido más pleno a nuestra vida, ilumine la vida de los demás!
Si tenemos fe, aprovechemos estos días santos para rezar, para ponernos nosotros y a aquellos que amamos, a los pies de la cruz del Señor junto con nuestras intenciones y súplicas; para encomendar nuestra Patria y a nuestra querida familia policial y pedir el amor que necesitamos para llevar adelante nuestra vocación como un auténtico servicio. Si nuestra fe es pequeña o si no la tenemos, por lo menos miremos el ejemplo de amor de Jesús que se nos muestra en su Pascua y aprendamos de Él.
¡Feliz Pascua para todos!
Pbro. Hernán Remundini
Capellán General
Policía de la Provincia de Buenos Aires