Nuevamente, como todos los años, este 29 de Septiembre, nos toca celebrar junto a toda la Iglesia al Santo Patrono y Protector de la Policía de la Provincia de Buenos Aires: San Miguel Arcángel. Su presencia y misión, son universalmente reconocidas por el judaísmo, el cristianismo en todas sus expresiones, y el islam. Según la Sagrada Escritura, San Miguel es el guerrero que lucha contra Satanás, sus emisarios y su influencia nefasta, (Jd. 9. - Ap. 12, 7. – Zc. 13, 1-2.), el defensor de los que aman a Dios (Dn. 10, 13. 21.), y el protector de su pueblo (Dn. 12, 1.).
Su servicio en la historia de la salvación, ilumina una vez más la tarea de cada uno de los que formamos esta fuerza, porque la batalla entre el bien y el mal, en todas sus formas, aparece en el horizonte de la humanidad desde la creación hasta el final de los tiempos. Es una lucha que se da entre naciones, entre personas, y en el mismo corazón de cada uno: una guerra permanente entre el pecado y la santidad, entre intereses mezquinos y altruistas, entre la honestidad y la deshonestidad, entre el delito y la justicia.
Queremos hoy, llenos de esperanza, volver nuestra mirada y nuestra oración hacia San Miguel Arcángel, y renovar a la luz de la batalla que él lidera, nuestra vocación al servicio de la ley, al servicio del cuidado de cada bonaerense, al servicio de la construcción de una sociedad mejor para todos. Juntos, le pedimos que bendiga y proteja a todos y cada uno de los hombres y mujeres que conforman nuestra fuerza.
Les hago llegar mi bendición a todos los policías a lo largo y ancho de nuestra provincia y a los cadetes que hoy celebran su día, y los invito a todos a rezar siempre y varias veces al día, esta breve y sencilla oración: San Miguel Arcángel, acompáñame y protéjeme con tu divino poder.